Desde hace un tiempo que se viene comentando que una parte de la nueva película de James Bond se filma en Chile, específicamente en Antofagasta. Cuando la noticia salió a la luz pública todo el mundo feliz, revolucionado, sobrexcitado. No costó nada para que se empezara a decir que venían a Chile por las inmejorables condiciones que nuestro país presentaba para la producción audiovisual, que acá todo funciona de maravillas y que, en comparación al resto de países de Latinoamérica, Chile estaba a la cabeza de todos los demás. Todos felices. ¡Joder, pero si le hicieron una nota hasta al perro que sale en una escena!
Las cosas cambian.
Leo con fruición como cada día la denominada indignación crece. ¿Esto por qué? Porque, horrorizados, esos mismos seres que antes alababan a la gente de Bond, ahora la odian. Claro, porque recién se enteraron que en Chile se filmarían escenas que, supuestamente, ocurren en Boliva. “Lamentable”, “Malo para el turismo”, “Una vergüenza” son algunos de los comentarios que cada día aparecen en un diario regional de Antofagasta. Esto termina siendo divertido/Patético.
Esta forma de (no) pensar que existe en nuestro país es, a lo menos, lamentable. Refleja tan bien nuestra idiota idiosincrasia que a veces no se sabe si reír o llorar.
¿Es que acaso estos palurdos esperaban que vinieran a filmar hasta el letrero de Bienvenido a Antofagasta? ¿Esperaban que aparecieran en letras grandes en la pantalla “Antofagasta, Chile”? Perdón, ¿pero esperaban que los guionistas supieran acaso que existía Antofagasta? ¿O Chile? ¿o les interesaba siquiera? No es por echarnos mierda –ya harta mierda nos echan estos imbéciles que ahora hablan mal- pero estoy seguro que toda esta gente de la producción está más interesada en su película, en los resultados, en la distribución y en los actores que en promocionar, no sólo Antofagasta, sino que cualquier lugar donde van en el mundo a hacer su trabajo.
Cuando una película como esta viaja alrededor del mundo siempre hace lo mismo. El desierto Afgano lo filman en China, Berlin en Moscú y España es el salvaje Oeste. ¿Y alguien de esos países se enoja? ¿Se sienten denostados? Claro que no. Primero, saben que es una película, que es sólo ficción. Segundo, saben que una producción como esta lleva al lugar no cientos de dólares, sino que millones de dólares (sí, millones de dólares). Tercero, saben que si todo les resulta bien a estos tipos, otros vendrán y con ellos más dinero, más recursos, más especialización para los técnicos y todos los involucrados.
¿Por qué en Chile debe aparecer esa chatura de mente? ¿Por qué dale con creerse que somos la raja, increíbles, insuperables, “Los Jaguares de Sudamérica”, “Los Ingleses de Latinoamérica”? pero me cago en Dios!!, a la primera oportunidad aparece todo lo imbécil, tercermundista, subdesarrollado de mente que somos. La visión a futuro se reduce al presente. Cómo no darse cuenta que siempre es lo mismo, que lo que estos tipos vienen a hacer a Chile NO ES UN COMERCIAL DE ANTOFAGASTA, NI DE CHILE, es una película. Que si todo les sale bien, otros podrán venir. Pero no, aparece ese patriotismo al pedo, de mente minúscula que nada entiende y que nunca aprendió.
Me pregunto que habría pasado si vienen a Chile diciendo que lo que muestran es Tahiti, por ejemplo. ¿Habría pasado lo mismo? No lo creo, ahí todos felices. Porque esto también es parte del racismo imperante en este país. ¿Compararnos con Bolivia?, por favor! “¿Qué se cree esta gente?”
Bond en Chile, siempre y cuando Chile se muestre como tal y todo lo que se filme sea un gran comercial para el país y la zona.
Por favor.
¿Esta gente que alega tanto sabrá que CSI: New York se filma en Los Angeles o que Los Archivos X se filmaban en Canadá. ¡Pero que digo! Como lo van a saber si esta gente no tiene ni puta idea de nada
Y después hablamos de nuestra industria de cine. Que penoso.