Nueva entrega de la esperada sección única de nuestro blog. En esta ocasión un comercial con el inimitable John Travolta, cuando debe haber tenido unos 18 años. El anuncio es de Honda y en él, Travolta tiene a cargo una viñeta en que entrega un paquete a una linda chica. Grandiosa actuación, nada que envidiar a lo que hace por estos días. Se nota que en la época ya estaba en el peak de sus dotes interpretativos.
Lo sé, era joven y había que trabajar.
Esta es nuestra nueva entrega en nuestra única sección llamada Actores en (malos) comerciales.
Un actor que hace rato que anda dando notas bajas en su carrera es Nicolas Cage, pero nunca ha llegado tan bajo y haciendo tanto ridículo como en este comercial. Obvio que no sé bien qué promocionan y por qué lo promocionan de la forma en que lo hacen, pero es la cultura asiática. Ellos son demasiado distintos como para pedirles explicaciones.
Por algún motivo, que supongo es el dinero, conocidos actores de talla internacional viajan a alejados rincones del planeta para participar en comerciales. No es una práctica nueva para nada y ocurre no sólo con actores de talla internacional, sin ir más lejos en nuestro chilito lindo los actores hacen cola para aparecer en comerciales de cuanta tienda comercial de cuenta corriente abultada hay por estos días. De hecho, algunos son capaces de supeditar su participación en algunos proyectos, si éstos tienen la posibilidad de no agradar a sus patrones de turno. En buenas cuentas, varios pasan a ser simples rostros y sus facetas de actores quedan en el olvido. En algunos casos exclamamos “¡que bueno!”
¿A que viene esto? A la inauguración de una nueva sección (en realidad la única sección, ya que este blog no tiene secciones) que se llamará Actores en (malos) Comerciales. La idea es reírse un poco de estos caballeros que, realmente, son capaces de muchas cosas por la plata. Hay otros que hacen cosas más aceptables y todo bien.
Inaugura esto el gobernador de California, mister universo, comando y hombre embarazado don Arnold Schwarzenegger, haciendo un comercial (malo) de no sé qué diablos. El resultado es lamentable, aunque quizás en el mercado japonés es maravilloso.
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