Escritores en huelga.

Eso es lo que están experimentando en el Sindicato de Guionistas Americanos (WGA en inglés), simplemente porque los encargados de llevar algunas de las historias más vistas en la televisión gringa, no los quieren incluir en los “nuevos negocios” que han salido al mercado. La historia es simple. Un guionista X (un Julito Soto por ejemplo), es uno de los que escribe un capítulo de Lost. Lo revisan, le hacen correcciones, se aprueba, se produce, se graba, se edita, se exhibe. Y el joven Soto recibe a fin de mes un cheque por ése y otros trabajos fruto de su talento. Pero resulta que quienes le firman el cheque inventaron otras formas de ganar más dinero con el trabajo de Julito y otros tantos: aparecieron los DVD’s con las temporadas completas de la serie en la que él trabajó, o le vendieron su contenido a iTunes o a Yahoo o a cualquiera que permita bajar capítulos pagados online, pero a Julito Soto no le llegó un solo centavo de esa nueva torta. Y lo que pidió el joven Soto es bastante justo: ser parte de las ganancias que aparecieron por estas nuevas formas de distribución de un contenido en el que él también participa.

Y las productoras de EE.UU, le dijeron a este señor “no pues, usted ya recibió sus lucas, este otro negocio es todito de nosotros. Y el joven Soto se enojó, reclamó en su sindicato, lo oyeron con mucha atención, aparecieron otros como él pidiendo justicia, y el sindicato de guionistas le dijo a los productores, ok, si ustedes no nos meten en su negocio, vamos a dejar de producir nuestras historias hasta que piensen mejor eso de no hacernos ganar unos dolarcillos más. Y tras varios dias de amenazas, la huelga se concretó: desde hoy lunes, todos los guionistas asociados a este sindicato -unos 12 mil en todo el país- dejaron sus notebooks y libretas en la casa y sacaron cartelitos para protestar. Los más complicados con esta huelga no van a ser las Kate Austen, ni los Dexter Morgan, porque sus capítulos ya están escritos y producidos; si lo van a pasar mal los The Daily Show y Colbert Report entre otros, porque ésos son programas de emisión diaria, en cuyo caso van a tener que llevar gente no sindicalizada para el reemplazo, o simplemente tendrán que pedirle a sus conductores que alarguen con chistes que contarían sólo en sus casas de lo malo que son.

Ojalá el conflicto se supere pronto, y se den cuenta los que hacen la plata en la industria de Hollywood que en la repartición millonaria de utilidades, el talento de los que crean las historias también merece un corte más grande en la nueva y gran torta de dólares .